y como siempre, con la banda de sonido seleccionada por su autor, Bernabé Ferreyra.
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sección i
nos acurrucamos en el asiento trasero y el frío dañaba mis pestañas.
ana
no es mala. despertaba en blanco y negro y más tarde volvían los azules, los
amarillos y por último los rojos, y más tarde iba a dormirse y volvía a
despertar en blanco y negro. efectos secundarios de sus pastillas: terrores
nocturnos (tal vez nunca la vi despierta), alucinaciones, ataques psicóticos,
producción excesiva de células oculares (las células de sus ojos morían y se
desechaban solas, como si llorara todo el tiempo, y su piel se llenaba de
manchones de negro, como si siempre usara maquillaje). pero los colores eran
fascinantes.
siempre
podía soñar con la luna,
siempre podía soñar con la lluvia,
siempre podía soñar con la lluvia,
y
que ya no llorara porque, si quería,
nunca
más vería el color de su sangre.
sección h
de
alguna forma me hacía sentir segura. solamente me hacía falta meternos en un
hotel y dormir juntas una siesta mirando televisión. nos sentábamos en la cama
y mirábamos películas muy viejas, de esas comedias románticas, nos mirábamos
los dedos de los pies y comíamos medialunas.
si los días eran azules, ella los hacía celeste.
ya no conocía a otra gente, y creo que ella tampoco. había pasado un mes que pretendía ser un año.
me
gustaba su cara de robar. y su cara de escapar. también me gustaba su cara de
dormir. su piel era muy suave.
insegura,
asexuada, incolora, insípida, comprensiva, incomprensible, depresiva, abrasiva,
compresiva, ridícula, poco graciosa. daba lástima. no iba a terminar la escuela.
soy poco inteligente. soy pesimista. quiero amar, pero, seamos honestos, no sacrificaría
nada por amor. ¿quién quiere a alguien que no cumple con lo que se propone? es
muy fácil entristecerse por no saber lo que se quiere.
imagino
que eso ya no importaba mucho a esas alturas. nos preocupaba más escondernos de
la policía y lavar nuestro cabello que nuestra autoestima. estoy robándole
palabras a ella, pero estoy segura que ya lo olvidó o que ya no le importa. el
país de las maravillas es muy amplio como para detenerse en una sola cosa.
hablábamos
de esas cosas varias horas. no me acuerdo que día fue. creo que no recuerdo
otra cosa que una nebulosa en el tiempo. no encuentro una forma. ni siquiera
podría decirte si esto que te estoy contando pasó antes o después de lo de los
satélites. perdí el orden de los sucesos. todo pasaba muy rápido y la gente
venía y desaparecía. nombres como kevin, marcos, fausto y otros más… ¿quiénes
eran esas personas? ¿por qué no los recordaba pero si sus nombres? no sé si me recuerdan
o no, pero no puedo evitar preguntarme si ellos nos recuerdan e inventaran
historias sobre nosotras en las que nos idealicen y se pregunten qué es lo que
hicimos con nuestras vidas.
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