viernes, 30 de marzo de 2012

Hoy: " Fundido a negro" por Jotaygé


Despierto y la cabeza se me parte en cuatro, la noche de ayer empezó con furia pero no recuerdo cómo terminó. Una imagen se me aparece al cerrar los ojos: plano medio del señor director. Siento vergüenza pero no sé qué la origina. ¡¿Qué pasó?!...un balde al lado de mi cama da la primera respuesta, contiene un vómito casi transparente y papel higiénico hecho pedazos. En la ducha intento reconstruir los acontecimientos pero cada vez que cierro los ojos aparecen solo fotografías. En una veo desde la puerta de entrada el interior de un bar amplio y casi vacío, pintado de colores negro y rojo intercalados en pisos y bordes, sus puertas son altas de madera laqueada. Agarro el cepillo de dientes y aparece la segunda foto: riéndome con las chicas en el baño del boliche. Tan desenfocada como la imagen que me devuelve el espejo empañado aparece la tercera: yo miraba al director desde el centro de la pista, él charlaba y tomaba cerveza ajeno a mí, en esa oscuridad distorsionada lo vi sonreír. Con la náusea resacosa vuelve la sensación de vergüenza que me hunde el pecho, escupo los restos de saliva y pasta dental en el lavabo. Salgo del baño con el cerebro hinchado y olor a jabón de almendras. mientras me seco el cabello aparece otra fotografía, la menos inocente, se ve que tuve muy cerca al señor director, pero no tanto como lo deseaba, su indiferencia me provocaba una excitación que crecía al frotarme con crema las piernas.  la ropa limpia dio un poco de alivio a mi piel adolorida de soledad. Después de fumar me quedé dormida.


Escena uno
Interior de una habitación blanca, era de noche, afuera se escuchaban cantos arábigos. El pescador me miró cuando crucé la puerta. Yo llevaba puesto un vestido blanco con flores amarillas corto muy corto, y tacos altos. Él, sentado frente a la ventana, miraba a un punto lejano fuera de la habitación, fuera del tiempo. Lo mire y las piernas empezaron a temblarme. Su cara era grande, las canas le pintaban bigote y barba. Pronuncié su nombre, pero no respondió. Con color marrón se escribían sobre la pared las palabras del primer hombre que me excitó, dolor, placer, carne, vicio y distorsión. La locura del marqués de sade me revolvía el cuerpo hasta las fibras más íntimas. Él seguía mirando hacia la meca. Así que mis manos recorrieron mi piel hasta encontrar ese lugar, la zona más sensible de mi cuerpo. Él no pudo seguir ignorándome.  Caminó hacia mí y me desmoroné en sus brazos. Por la cintura me aventó a la cama de hotel. Los cantos habían cesado. Pero afuera todo era fiesta, la autodeterminación del estrecho de Gibraltar iniciaba tras el referéndum. Adentro y con los ojos cerrados, MIENTRAS SUS DEDOS SE HUNDÍAN EN MIS MUSLOS RECORDABA UNA CANCIÓN FRANCESA DE LA ÉPOCA.

Escena dos
Una playa, era de día. El pescador y yo nadábamos en el mar, atardecía. Las olas se tornaban caóticas, la corriente me empujó mar adentro. Él se mantuvo quieto cuando sintió la corriente debajo de los pies y poco a poco fue saliendo. Sentirme devorada me obligó a mover brazos y piernas desesperada, me fui quedando sin fuerza y le pedí auxilio. Él me gritó: – ¡tranquila, deja de moverte y llena tus pulmones, vas a encontrar cómo impulsarte!
Me desesperé, sentía un monstruo jalándome. Después de un rato que pareció una eternidad logré salir nadando hasta que toqué arena con los pies, quise gritarle pero solo alcancé a murmurar: – ¿por qué fuiste tan cruel?–  él respondió: – confiaba en que podías nadar sola hasta la orilla. –


Escena tres
Caminaba por las calles cantando:
Despertaste tu
Casi dormido
Y me querías decir, no sé qué cosa
Pero calle tu boca con mis labios
Y así pasaron muchas, muchas horas…
La llave se reía de mi cuando intenté abrir esa puerta gigante de herrería, se rehusaba a entrar en la cerradura. Yo sólo deseaba beber de su piel. Entré a la habitación y antes de poder besarlo me interrumpió: –si  vienes borracha no te quiero en mi cama. –

Escena cuatro
Nos despedimos en un muelle, era de noche. Se sentía el vaivén de la marea en la lancha. La mañana siguiente él se iría de pesca a otro mar. La luna se miraba frente al espejo distorsionado. El horizonte dejaba de ser una línea recta, así se hacía evidente la curvatura de la tierra y el movimiento de los astros. Deseaba grabar en piedra su perfil. Saqué del bolso una libreta para dibujar. Él me contaba otra de sus historias con esa voz áspera que nacía del interior de su cuerpo grande y fuerte. Había participado en otras revueltas, fabricaba armas y explosivos, ser pescador era un oficio pero su pasión era la aventura y la libertad.
Después del sexo de despedida, que me sabía a melancolía y a poco. Todavía desnuda y encaramada en sus piernas, le leí las cartas que mis compañeros del centro de estudiantes me habían escrito y enviado a su apartado postal en marruecos. Era como lo imaginaba, una gran represión sobre los universitarios, los comunistas y los sindicatos. Era septiembre del sesenta y ocho y México había sido elegido como sede para las olimpiadas de ese año. El panorama era oscuro y desalentador pues el espectáculo deportivo era el pretexto y la cortina de humo perfecta para ocultar y exterminar el movimiento.

Escena cinco
Interior de un avión, no sabía si era de noche o de día pero el sol venía detrás. Una voz aguda y servicial se metió en el sueño dentro del sueño –señorita, ¡señorita despierte! Yo contesté: –un whisky por favor–. la azafata sonrió diciendo: –estamos a punto de aterrizar, no servimos más bebidas, la desperté para que se abroche el cinturón de seguridad –
por la ventana se miraba el popocatépetl y su compañera la iztaccihuatl, el volcán y la montaña que custodian a la ciudad que nunca duerme y nunca termina, el cerro de la estrella y sus tres cruces saludaban y daban la bienvenida desde la época prehispánica al de aquí y al de allá. un año atrás salí huyendo y buscando al mismo tiempo. Volver me había salido caro, y no solo por los precios desorbitados de las fechas olímpicas.


Fundido a negro
Suena el despertador, tengo ensayo en una hora y la resaca no se ha ido por completo. Las escenas del sueño ahora sustituyen a las fotografías de la noche anterior. Salgo de casa, me pongo los lentes oscuros, enciendo el mp3 y chávela canta:
Yo me volví a perder entre tus brazos
Tú me querías decir no se qué cosa
Pero callé tu boca con mis besos
Y así pasaron muchas, muchas horas…

Nunca estuve en Gibraltar y jamás he visto a ese pescador. Pero cada pieza de este rompecabezas fue más que una foto, casi una exposición radiográfica de mi pecho. Entre la investigación que hice para el documental y la figura del señor director siendo indiferente a mi cuerpo sediento, se detonó un cartucho de dinamita escondido. Sepultado entre los restos de los hombres que amé se encontraba el otro factor, además del aguardiente, que originó mi resaca: la náusea profunda del que ha representado un papel que deja al descubierto su infierno interior.

3 comentarios:

  1. me encanto. Felicitaciones a Jotayge. Realmente genial. Queremos mas!

    ResponderEliminar
  2. Outstanding story thеre. What happened after? Good luck!


    my web site ... xxx penis dick Cunt vagina

    ResponderEliminar
  3. First off I wаnt to say excellent blog!
    I had a quіck questiοn in ωhich I'd like to ask if you do not mind. I was interested to find out how you center yourself and clear your thoughts before writing. I have had trouble clearing my mind in getting my ideas out there. I do take pleasure in writing but it just seems like the first 10 to 15 minutes are usually lost simply just trying to figure out how to begin. Any recommendations or hints? Appreciate it!

    Feel free to surf to my webpage - xxx penis dick cunt vagina

    ResponderEliminar