viernes, 11 de mayo de 2012

Aquella vez que vi "LOS ACTOS COTIDIANOS"

Por esas cosas de la vida y los festivales, tuve la suerte de ver "LOS ACTOS COTIDIANOS" de Raul Perrone, en el Bafici 2010. Película que se estrena comercialmente recién por esta semana. Aun no tuve la oportunidad de ir en este "estreno" pero lo haré sin falta.
y pensando en esto, busque y encontré algo que había escrito luego de ver "LOS ACTOS..."  aquella vez, y quería compartirlo con uds.  Seguramente ahora lo escribiria distinto, con otras frases o palabras, pero seguro el corazon reaccionaria igual. Otra vez el Perro hace una película que trasciende el tiempo y la emoción.
 Si justo cuando escribía esto le digo esto a mi amiga Jenn, con quien fui aquella vez a verla y se da la siguiente conversacion real. Que mejor recuerdo que el que ella da?


Jennifer
fuiste al cosmos??

me
no, tuve un par de días medios movidos y necesitaba mi casita..
estimo iré mañana
esa es  la que fuimos a ver con vos hacer par de años al Bafici...te acordas??

Jennifer
sii!!
es buenisima la peli!
me acuerdo que salimos conmovidos








Los actos cotidianos (Bafici 2010)


En el zumbido violáceo de la estufa calentando
En el chasquido electrónico de las teclas de un teléfono celular
En el audio de la televisión informando sucesos demasiado  ajenos
En el silencio a gritos de la madre, en el ritmo centroamericano de esa canción, en el rasguido de una guitarra, en la melodía de los goznes de la hamaca, en la firme decisión de no cantar del ave enjaulada.

Sobre todos esos sonidos, y la ausencia de los mismos, se construye “Los actos cotidianos”. Una película tan intensa, profunda y cruda como bella.
Y otra vez me pasa:
Cuando salí de verla por primera vez, lo primero que atine a decir fue “bellísima”, e inmediatamente un sentimiento de culpa me asaltó: ¿Esta bien que me haya parecido bellísima una película donde sus personas (nunca puedo hablar de personajes en una película de Perrone, no los siento así) pasan sus días como pueden, con una carga de congoja tan profunda que se hace difícil ocultar?

Personas que están como estacas clavadas  a la tierra,  como inamovibles de un lugar que los aprisiona. Y no solo a ellos. Por lo que pareciera, todo ese micromundo que es el barrio y los amigos viven lo mismo: Se oyen anécdotas de peleas, enfermedades,  policías y muertes. La tragedia y las malas noticias parecen ser los principales vecinos de Sole  y Bebo, los habitantes primeros de esta historia.

Se oye del trabajo “de a ratos” del Bebo al mismo tiempo que la televisión lleva tranquilidad sobre los hijos de Michael Jackson y que los mismos podrán vivir bien luego de su muerte. Se oye la novela, la afectación de sus personajes,  los programas infantiles y todas las demás cosas que pasan allá afuera. Un afuera imposible para ellos,  con una ostentación que duele.

Sole mira por la ventana mientras los pocos fragmentos de luz que entran en la casa le iluminan esos ojos que parecen estar siempre a punto de estallar. Bebo, desde el arco de la cancha, parece mirar más allá de donde termina el barrio, no busca, quizás espera, seguramente sueña un sueño que solo sueño podrá ser.

Las sombras que habitan en las grietas de las paredes y en los enchufes a punto de caerse parecen inundar la casa, mientras suceden  la reparación de la bomba de agua, preparar la garrafa, calentar la leche, cortarse las uñas.
La vida del hombre, ¿es la suma de sus acciones?  Esos actos cotidianos, repeticiones mecánicas, levemente modificadas, jornada tras jornada, ¿es todo lo que podemos aspirar a hacer? ¿Habrá algo allá afuera que nos saque de estas acciones, de este lugar, lugar externo, lugar interno?

No puedo dejar de prestar atención a las elecciones estéticas en  el contar de la historia. Pienso en esa fotografía, en esa palangana roja, en la pared descascarada, en esos encuadres cortados por el techo de chapa, en dos puertas abiertas, en una jaula ocupando todo el plano. En ellos bailando con el niño. En la sonrisa enorme de Sole cuando va a la plaza, y veo como la pantalla se ilumina cuando lo hace. Y pienso “Sole por favor  nunca dejes de reír”

Y entonces ahora me doy cuenta: Culpa de que? Como no va a ser bella esta película? Es tanto mas aun.

Decir que una película del Perro es un hecho que debemos agradecer es un lugar común, aunque no por eso menos cierto. Y una película  como esta no solo reafirma esa sentencia, si no que hace que al “gracias” le agreguemos tres palabras, que, además, tienen que ver con la película, con Perrone y con mi innegable sensación después de verla: De  todo  corazón.



LOS ACTOS COTIDIANOS
Del jueves 10 al domingo 13 de mayo -22 hs
CINE COSMOS-UBA
CORRIENTES 2046 – CABA 
http://cosmosuba.wordpress.com
Generales: $15 – Estudiantes UBA y jubilados: $10
 

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