lunes, 18 de junio de 2012

Anhedonia (6ta entrega)

6ta! parte de la novela que el Club publica cada semana,  esta vez con un 2 x 1Dos capitulos en esta entrega. Disfruten!

y como siempre, con la banda de sonido seleccionada por su autor, Bernabé Ferreyra.

(link parte 1 aqui)

(link parte 2 aqui)

(link parte 3 aqui)

(link parte 4 aqui)

(link parte 5 aqui)



sección f

se siente como un taladro que avanza centímetro a centímetro a través de mis oídos. el taladro va sacando de a poco pedazos de piel y la sangre brota, caliente y sucia. va acercándose lentamente. se siente como si me metieran en una trituradora gigante. las cuchillas van rompiendo de a poco los huesos, como cuando se mete el brazo en un seca-ropas andando. se siente como meter el cuerpo en un reloj gigante cuyos engranajes empiezan a atascarse en mi pecho y van abriendo un agujero enorme. un agujero enorme que corroe sus límites. como cuando cae acido en mi cara. como una plaga de insectos que comienzan a mutilar mi piel. es como encontrarse en un accidente automovilístico y sentir cómo los vidrios del parabrisa van incrustándose en la cara y luego quieren arrancarme en pedazos mientras mi cuerpo es empujado por el auto a través del pavimento. es como mi cara siendo empujada hacia el espejo.

me hierve la sangre.

es como si mi cerebro fuera una tostadora. es como si mi cabeza pasara del estado sólido al gaseoso. es como si me tiraran agua hirviendo en la cabeza. es como tirarse de un edificio y sentir como se hunden mis dientes en la lengua.

sección g

por la tarde compró ropa nueva, nos planchamos el pelo y nos hicimos pasar por dos idiotas fluorescentes. a las dos de la mañana ella me llevó a bailar.

los chicos coloridos se amontonaban y tomaban tragos divertidos. no puedo culparlos ¿te acordás del dos mil ocho? los chicos me miraban y en cierta manera sabían que yo era una impostora. mi cabeza daba vueltas. estoy segura de que puse cara de susto.

ana dio vueltas por ahí, fumó algunos porros y después se sentó un poco inquieta. fumó y fumó hasta que sus pulmones sobresalían de su pecho, negros como el carbón. impuros. contaminados. sus pulmones estaban llenos de veneno. su sangre era radioactiva. sus miradas estaban desesperadas. emanaba de su cerebro una importante y seria cantidad de rayos gamma capaces de transformar un búfalo en un cáncer gigante en treinta y siete segundos. yo tenía un poco de miedo. sabía que algo iba a pasar. me dijo que tomara unas pastillas y las metió en mi boca. tragué solo dos.

odio la música electrónica. la odio. es muy estúpida.

odio el baile. es una forma de movimiento muy idiota, repulsivo y primal.

odio la fiesta.

me da asco esta gente. los odio completamente. me levanté y tiré una botella de la barra en donde bailaban. después volví a sentarme y me di cuenta que ana se había puesto a discutir con un chico. y después una chica se metió en la discusión.
no me acuerdo tanto.

la cosa se puso fea, pero no por mucho. no me acuerdo qué pasó en el medio, pero terminé cuidándola en el baño de chicas mientras ella y el que decía ser el dueño del club o algo así se drogaban y creo que algo más.
no sé.

a las seis y treinta y siete golpearon muy fuerte la puerta y nos despertaron.

(continua la prox. semana)



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